jueves, 3 de diciembre de 2009

Ánimo



Sonríe, sonríe hasta cuando el mundo se te caiga encima.
Sonríe, que con un sólo gesto tendrás el cielo a tus pies.
Sonríe, aunque tengas miedo de todo,
aunque el temor te agobie anudándote el cuello,
y aún más si consigue estremecer tu corazón.

Sonríele al daño, a la muerte, a los golpes, a los años.

A la vida que te queda por delante,
y por la que pasaste.

Sólo así sabrás por qué, y todo.
Y da igual cuánto o a quién, dónde o cómo.

Sonríe. Todo el tiempo.
Sonreír será entonces mi reto.

No hay horas en la vida suficientes
como para perderlas entre insignificancias.

Sonríe, una vez más.

1 comentario:

laquiti dijo...

Fantástica reflexión. Me lo aplico.