viernes, 5 de marzo de 2010

Es de esos días, que salen raros.

Que pones un pie en el suelo por la mañana, y sabes que no habrá agua caliente en la ducha, el café saldrá malo, cerraré la puerta tan fuerte que acabe despertando a todos los vecinos de alrededor.

Si dan noticias, serán malas; si vas a algún sitio en coche, se avecina multa, o avería, o quizás algún golpe. Si coges el móvil, o se queda sin batería, o la antena del pueblo resultó caer la noche de antes. Incluso, con un poco de suerte, caerá el móvil al suelo, como golpe de gracia.

Se olvida cómo coger las bolsas sin tirarlas, cómo andar sin tropezar y cómo caer sin sentirse ridículo. Esto último, imposible.

Es de esos días, que sabes que no deberías tener a nadie cerca, porque acabará cobrando de tu mal estar. Pero no te fuiste.

Jamás sabría dar las gracias que mereces cuando, casi sin quererlo, transformas un mal día en un día genial.

Te sueño, y sonrío.
Disfruta.

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