miércoles, 24 de junio de 2009

Ñam

Te descubrí una noche de verano
de esas que el fuego calma las almas y las entierra.
Me regalaste una vida
perdí los sueños
de una noche de verano.

Así empieza una historia de cualquiera, de nada, oscura, entrecortada. Una historia que dibuja mi alma, una historia infinita, donde no existe lo imposible (si existiera… no tendría palabras)… y mi cama es una cómoda de lágrimas, y de risas, de recuerdos y escamas.

Aquí empieza lo que nunca acaba, la historia de un corazón que ama, en un cuerpo que espera y una razón que huye… huye lejos, y lejos… es nada.

La nada, mi alma.
El camino, mis ojos.
Las distancias son largas.
Y todo llega
donde lo imposible
nunca alcanza.

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