He descubierto el trasfondo de mi alma.
Sabe a miel.
Olor melancólico y sonrisa de a pie.
He recitado mi corazón en alto,
donde nadie me escuche,
y con los ojos cerrados,
donde todos me oyen.
Y he vivido un tiempo,
entre tormentas y llanos.
Me niego a ser alfombra,
quiero ser aire,
el viento que roce tus manos.
3 comentarios:
Me gusta el poema, muy bueno.
A mí también me gusta. Y no es fácil llegar a las profundidas del corazón para hallar lo que fondo de los deseos, negándose a ser felpudo o un simple tapete...
Saludos.
Gracias :D
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