Se acumulan los desahogos insostenibles,
desatornillados con ternura,
Se estilizan mis pasos, más lentos, temblorosos,
asustados;
mientras se cubre de una valiente capa mi alma.
Vida, ya no es vida, ahora espanto.
Vida,
ya no me sabe a vida,
es de tacto recio y estriado.
Pero el cielo se cubre de estrellas y todo se pierde.
Desaparecen las nubes y mi corazón se abre,
aunque sea un momento,
un instante de lucidez, de sentimiento pleno:
Vuelvo a sentir "mi vida".
Acaricio con los dedos alguna luz del fondo,
la que más reluce,
y me devuelve con ternura un soplo de aire fresco.
Vida, que no es vida, tendré que buscarla.
Ahora entre otras sílabas, en otra palabra tierna.
Vida, puede ser aire,
cielo,
nubes,
o alguna estrella...
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