Es una sensación extraña.
Como si llevara puestas unas botas catiuscas e intentara andar por un campo embarrado.
Pues el tiempo es barro,
y las botas se quedan pegadas a él.
Es una situación incómoda que promete durar mucho.
Pero mis botas no aguantarán tanto barro ni los pasos borrosos.
Y las botas no se cambian, mejor yo salgo del terreno.
1 comentario:
:) muy bueno el escrito.
Saludos.-
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