A unas horas de tu último aliento.
Y yo aquí plantada, delante de la mesa de siempre,
rezagada en la silla de siempre, con las manos heladas.
A unas horas de perderte para siempre,
sólo puedo desearte suerte, y regalarte fuerzas.
Llevo tiempo preparándome y jamás nadie está listo.
A unas horas de perderte para siempre,
y no puedo despedirte.
Tengo frío y miedo, nadie acompaña.
Sólo puedo desearte suerte. Desde lejos.
1 comentario:
Ánimo :)
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